Denuncian el uso de pirotecnia, música e iluminación en el 25 aniversario de la Reserva Natural Garganta de los Infiernos

Extremadura

www.nosolomerida.es | Las actividades festivas realizadas la noche del pasado día 26 incumplen de forma incontestable varios puntos del Plan Rector de Uso y Gestión del espacio que con él se pretende proteger.

Ecologistas en Acción Extremadura exige las explicaciones pertinentes a los gestores del espacio protegido y la depuración de las responsabilidades que se deriven por lo ocurrido.

Durante la jornada del 26 de octubre se celebró en la Garganta de los Infiernos el 25 aniversario de su declaración como Reserva Natural. Entre las actividades llevadas a cabo, se instaló un dispositivo de iluminación – con grandes cañones de luz, focos de colores y focos giratorios- a lo largo de la zona conocida como Los Pilones, en plena reserva. Al montaje luminoso se añadía un espectáculo musical y otro de pirotecnia compuesto, entre otros elementos, por cañones de fuego situados a lo largo de las dos orillas de la Garganta.

Independientemente de cuestiones subjetivas, como el buen o mal gusto del espectáculo, a todas luces se trata de una actividad absolutamente incompatible con la conservación de un espacio natural como la Garganta de los Infiernos y su ejecución denota una evidente falta de sensibilidad sobre sus valores naturales. De hecho, la actividad incumple de forma incontestable varios puntos del Plan Rector de Uso y Gestión del espacio protegido (DOE nº 34, 19 de febrero de 2008). Es necesario recordar que este espacio fue protegido – mediante el DOE del 22 de noviembre de 1994- por su elevada fragilidad y por su elevado valor natural, tratándose de uno de los escasos ejemplos de garganta de alta montaña bien conservados en Extremadura. Especies de fauna tan raras como el desmán ibérico (Galemis pyrenaicus) han encontrado en este lugar su último refugio. En cuanto a la flora, el enclave alberga poblaciones relícticas de los últimos tejos y abedules de la región (con treinta y veinte ejemplares respectivamente). Con la declaración de este paraje como Reserva Natural se pretendían preservar sus valores naturales de las amenazas que podían ponerlos en riesgo.

Un cuarto de siglo después de esta declaración, los propios gestores de la reserva, los encargados públicos de velar por la conservación de este enclave, celebran la onomástica con unos fastos totalmente fuera de lugar, tremendamente agresivos con el entorno y que evidencian una carencia total de sensibilidad sobre la importancia natural del lugar. El desacertado enfoque de la actividad, promueve la visión de un espacio natural como si fuese un mero parque temático, susceptible de cualquier tipo de actuaciones que le sumen espectacularidad y atractivo. Lo acaecido el pasado 26 contraviene no solo las más mínimas pautas de conservación de un espacio protegido, sino también las del sentido común: en uno de los otoños más secos de la historia reciente, es totalmente descabellado organizar un espectáculo pirotécnico en un frágil enclave con joyas florísticas como las mencionadas.

Pero, además de la irresponsabilidad en cuanto a conservación que supone el llevar a cabo este tipo de actividades en este lugar, también son un atentado contra la imagen de Extremadura. Mientras que, por un lado, se invierten fondos públicos en difundir una imagen de Extremadura como paraíso natural, para atraer a visitantes y turistas sensibles que disfruten con nuestros tesoros naturales, por otro, se convierte uno de los enclaves con más encanto de nuestra tierra en el escenario para un espectáculo, chabacano y fuera de lugar, de luz, fuegos artificiales y sonido. No solo se han obviado los valores científicos, naturales y ecológicos del lugar, sino también los turísticos, ofreciendo una imagen penosa y contraproducente de nuestra tierra.

Evidentemente, quien dedujese que con pirotecnia, música nocturna e iluminación de fiesta, la Garganta de los Infiernos sería más atractiva, más bella o más interesante, no está preparado para su gestión. Pero, además de la capacitación de los responsables directos, resulta preocupante que estas actuaciones sobre un espacio protegido no se hayan encontrado con ningún tipo de filtro administrativo que valorase su impacto e impidiese su ejecución, por lo que la responsabilidad también recae sobre quienes han permitido este desaguisado.

Por todo ello, Ecologistas en Acción Extremadura exige las explicaciones pertinentes a los gestores del espacio protegido – explicaciones que incluyan las autorizaciones que amparasen, en su caso, la actividad en un espacio protegido-, así como la depuración de responsabilidades por lo ocurrido. Del mismo modo, también exige a los gestores públicos encargados de la conservación de nuestro patrimonio natural y que están al frente de la gestión de los espacios naturales, que sean conscientes de la responsabilidad que recae sobre ellos y que los criterios de conservación sean los prioritarios en todas sus actuaciones.

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