Recuerdan los 40 años antinucleares y el asesinato de Gladys del Estal.

Extremadura

www.nosolomerida.es | Se cumplen los 40 años de acciones antinucleares que se iniciaron el 3 de junio de 1979 en Navarra y que se saldaron con el asesinato de la activista Gladys del Estal por parte de un agente de la guardia civil, 40 años después no se ha reconocido a Gladys como víctima.

Ecologistas en Acción de Extremadura quiere recordar los primeros compases de la lucha antinuclear que se iniciaron hace ya 40 años en Tudela (Navarra) y que se saldaron con el trágico asesinato de la activista Gladys del Estal.

A lo largo de la jornada del 3 de junio de 1979, estaban convocadas por varias organizaciones una serie de acciones pacíficas contra las centrales nucleares. Las actividades contaban con los permisos pertinentes y se trataba de una convocatoria internacional motivada por el reciente accidente nuclear de Three Mile Island, en Harrisburg, el más grave en la historia de EEUU y el tercero más grave de la historia tras Chernobyl y Fukushima. Las organizaciones convocantes hicieron coincidir las actividades con el Día Mundial del Medioambiente.

Miles de personas habían acudido al acto, que transcurría de forma festiva y, justo cuando iban a intervenir varios ponentes, la policía irrumpió y cargó con violencia, de forma injustificada. Como consecuencia de la carga policial, se suspendieron el resto de actividades, pero un grupo de activistas realizó una sentada pacífica como protesta por la intervención violenta de la policía. Entre las personas que protestaban estaba Gladys del Estal.

Entonces ocurrió el asesinato y la tragedia; el guardia civil José Martínez Salas golpeó con su arma, por detrás, a esta joven ecologista y una bala atravesó su cabeza. Gladys falleció en el acto. El agente no llevaba puesto el seguro de su arma. Salas fue condenado a 18 meses de prisión por “un delito de imprudencia temeraria con resultado de muerte”. Incomprensiblemente, en 1992, fue condecorado con la Cruz de la Orden del Mérito Militar por su labor en la Ribera de Navarra.

Ni en aquel momento ni en el presente, 40 años después, el Estado ha reconocido el daño que hizo; ni siquiera ha reconocido a Gladys como víctima de la violencia policial que la llevó a la muerte. Las autoridades locales, el ayuntamiento de Tudela y más de 60 municipios reaccionaron enérgicamente ante estos graves hechos demandando la dimisión del Ministro del Interior, Gobernador Civil y mandos policiales responsables, la recuperación para Navarra de las tierras del polígono de tiro de las Bardenas y la paralización de todas las centrales y planes nucleares.

Respecto a las demandas que propulsaron la convocatoria en Tudela de aquella fiesta-reivindicación, se logró paralizar la central nuclear proyectada en Arguedas y las tres ubicadas en la costa vasca: Deba, Ea-Ispaster y Lemóniz. El sur de Navarra es hoy una próspera región agrícola, pero con ese proyecto nuclear habría desaparecido todo y se habría producido una tragedia. Lo cierto es que allí donde hubo movilizaciones –como en el valle del Ebro o las provincias vascas– y se supo defender la tierra, no se atrevieron a construir más centrales.

También en Extremadura el pueblo se puso en pie y luchó porque no se pusiera en funcionamiento la Central Nuclear de Valdecaballeros, a principios de la década de los 80, tras años de lucha y movilizaciones en las que participaron miles de personas. Muchas de ellas eran personas del medio rural y de comunidades de regantes, que se negaron a ver comprometido su medio de vida por los destructivos intereses del oligopolio eléctrico. También se movilizaron miles de personas entre el 2006 y el 2008, que se opusieron al proyecto de cementerio nuclear en los Ibores y, nuevamente, impidieron el desarrollo de semejante aberración. Otra vez el pueblo vence frente a los oscuros intereses nucleares.

Las centrales nucleares son una lacra para esta sociedad y para las futuras generaciones. Las personas que han luchado a lo largo de estos 40 años han conseguido un futuro mejor para su tierra y sus gentes. Por ello, en Extremadura, debemos seguir exigiendo el cierre inmediato de Almaraz.  El proceso de desmantelamiento de la Central Nuclear de Almaraz puede durar 15 años manteniendo su fuerza de trabajo intacta; es tiempo más que suficiente para pensar un modelo alternativo para la comarca de Campo Arañuelo que, pese a la Central, presenta altos índices de desempleo. Esa tarea planificación hace tiempo que tendría que estar ya hecha, pues la fecha del fin de su vida útil se conoce desde el mismo momento de su puesta en funcionamiento. Ecologistas en Acción de Extremadura exige un proceso participativo para plantear alternativas económicas en Campo Arañuelo.

Este fin de semana, entre los días 31 de mayo y 2 de junio, se celebra en Madrid el Foro Social Mundial Antinuclear 2019, organizado por el Movimiento Ibérico Antinuclear. Arranca el viernes día 31 a las 17:00, en el Centro Cultural Matadero de Madrid, con actividades y ponencias de representantes del movimiento antinuclear a nivel internacional, y culminará con una movilización en la Plaza de Isabel II (Metro Ópera) a las 12:30 del domingo 2 de junio.

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