Realidades extremeñas frente a cortinas de humo

Opinión - Víctor Rodríguez

www.nosolomerida.es | Opinión| Víctor Rodríguez | En el programa ”El Gran Debate” de Telecinco del pasado 8 de diciembre, una mujer de 58 años que había trabajado como secretaria de dirección, manifestó que se había visto obligada a ejercer la prostitución tras cuatro años de paro porque “la dignidad importa poco cuando tienes que comer”. Añadió que cada día es durísimo y que el 19 de noviembre estuvo a punto de tirarse de un noveno piso porque no ve alternativas, futuro, solución. Luego preguntó: “¿Quieren que lleguemos a lo de Grecia, que nos suicidemos?”.

El pasado mes de noviembre me dieron la noticia de una familia del pueblo donde nací, Guadiana del Caudillo. “Le han cortado el agua y la luz; andan con velas”, me

decía con voz entrecortada la señora de 79 años que me lo contó. “Nunca pensé que llegaría a conocer esto; es como en los inicios del pueblo, hace 60 años”, añadió. El domingo, día 9, volví a saber del asunto: “Ya tienen luz; se la ha pagado un hijo”, me dijo. ¿Y el agua?, pregunté. “Va a por ella al cementerio; allí hay un grifo”. ¿Por qué no la coge de los vecinos?, le dije. “Unos días sí, pero es que de continuo no pueden dársela porque vale mucho?, fue su respuesta.

 

En el mismo programa, escuchamos las palabras del empresario Díaz Ferrán: “Hay que trabajar más y cobrar menos”, y las de la monja Lucía Caram: “Yo creo que un padre que roba para dar de comer a sus hijos, o alguien que roba por necesidad, es legítimo porque los bienes son de todos y para que hagamos uso de ellos porque nos pertenecen”; también las primeras palabras que le diría a Rajoy si se encontrara con él: “tenemos que dedicarnos salvar personas, no entidades financieras”. Más adelante, la periodista Isabel San Sebastián pretendía ilustrarnos, y distraernos, sobre la inexistente realidad histórica de Catalunya.

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