El Estatuto de Capitalidad de Mérida presentado por el PP es un “tocomocho” para los emeritenses

LA VOZ REGIONALISTA

www.nosolomerida.es | La Voz Regionalista | Ángel Ávila | Mucho se ha escrito y dicho sobre el Estatuto de Mérida. Muchos lo hemos planteado desde hace varias décadas. En el programa electoral de Coalición Extremeña de 1995 era, junto  a la obligación de un Campus Universitario, los pilares de la campaña.

La Universidad por suerte ya está en nuestra población, aunque hace falta que se complete con las diferentes especialidades que debería ofrecerse en Mérida. Esperemos ver pronto cumplido este desagravio que una y otra vez nuestros políticos hacen a la ciudad.

 

El Estatuto de Mérida es una ofensa que por cobardía política no se ha realizado por los mandatarios regionales. Miedo a ofrecer a Mérida lo que por ley le corresponde. No se busca agraviar a ninguna ciudad extremeña, pero no se puede permitir que siempre seamos los emeritenses quienes tengamos que ceder nuestros derechos.

Mérida es sede de las instituciones extremeñas y todo lo que “recuelga”.  La Junta, Presidencia y Asamblea son los pilares y es por esto que muchos políticos piensan que lo demás ya no debe estar dónde le corresponde. Tal es así que la propuesta presentada por el PP de Extremadura lo deja todo al criterio de quienes la quieran interpretar y vemos una y otra vez la interpretación que hacen los políticos.

Este Estatuto debe recoger que se cumplan las leyes y decretos en el que marcan claramente dónde y qué otras instituciones deben estar en la Capital de Extremadura.  Los jueces y fiscales deberían entrar de lleno a que se cumplan las leyes, al quedar demostrado que nuestros políticos son incapaces de cumplirlas. Hay muchos representantes políticos que son cómplices de incumplimiento y deberían por tanto tener consecuencias.  No debemos seguir mirando hacia otra parte.

Ahora el Estatuto debe recoger otra cuestión que por sentido común nadie había creído importante que deberá blindarse. La Residencia  Presidencial debe aparecer en el Estatuto, haga o no uso el presidente que gobierne esa legislatura.  Su ocupación no debería ser un privilegio, sino una obligación. Sin embargo José Antonio Monago ha  originado una polémica que un buen político, con sentido común, nunca debería haber creado.

El Estatuto de Capitalidad de Mérida debe ser un derecho para todos lo extremeños, para cuando vengan a nuestra ciudad sepan que hay una ley que les ofrece y garantiza todos los derechos que recoge el Estatuto de Autonomía de Extremadura.

En el Estatuto de Mérida deben aparecer los derechos de la ciudad, pero también las obligaciones para con los organismos y personas que en ella estén.

Si el PP piensa que todo es dinero está muy equivocado. Hay cuestiones mucho más importantes que esconden esos dos millones. Al PP de Extremadura le da lo mismo que se apruebe o que se rechace, para lo único que lo ha registrado en la Asamblea de Extremadura es para intentar hacer campaña electoral. Los 100 plenos de los que presume Manzano deberían haber servido para hacer cumplir las decisiones que allí se han aprobado y no para vender humo sin ser responsable ni exigir que se cumplan. Por ejemplo el de los días festivos que pueden abrir los establecimientos en nuestra región. Aún con mayoría el presidente Monago hace lo que le da la gana. Así de sencillo.

Acedo da por bueno lo presentado por su partido. Pero qué podemos esperar de un político que quiere llevar el futuro de Mérida a Esparragalejo.  Como ya manifesté en las redes sociales era muy previsible que se hablara de dos millones por la residencia presidencial y ahora el Estatuto quieran cerrarlo con dos millones. ¿Monago y Acedo lo tenían preparado desde hace tiempo?

El Estatuto de Capitalidad de Mérida no se puede aprobar a cualquier precio, y mucho menos sin satisfacer las cuestiones que la Capital de todos los extremeños debe cumplir.

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