Todavía hay tiempo

Opinión - José Luís Arellano Herrera

www.nosolomerida.es | Opinión | José Luís Arellano Herrera | Cuando se aproximan las elecciones, ya sean municipales, autonómicas o generales, estos políticos de hoy nos tienen acostumbrados a que el último día de la campaña electoral; es decir el día anterior al día señalado para depositar nuestro voto, esté destinado, como único día de reflexión, para que después de haber escuchado a todos los partidos políticos, en sus más variados y variopintos mítines, pongamos nuestras ideas y nuestros pensamientos, aparte de nuestro corazón (que también interviene, aunque pensemos todo lo contrario); a reflexionar, sobre qué partido o cual otro, nos interesa más para votarlo.  Naturalmente votarlo con “V”, ya que votarlo con “B”, sería otra cosa muy distinta.

Otra mala costumbre que está asumida por la mayoría de los ciudadanos, es la de ir a escuchar a los políticos que nos visitan, en aquellos mítines, en los que de alguna manera, nuestras ideas políticas convergen con las de los pregoneros de turno, pensando más en el aspecto lúdico del acto, que de lo que en realidad debería interesarnos y que van a transmitirnos en esos momentos.

No es menos cierto, que  existe un gran porcentaje de personas que “pasan” olímpicamente de la política, unos porque están desencantados, otros porque no viven directamente de ella, y la mayoría porque viviendo como viven, en un estado de bienestar, rayando casi en un status de vida suficientemente bueno, olvidan que todavía existe en nuestro entorno más cercano, gente que lo está pasando mal, incluso con necesidades mínimas para la subsistencia.  Pero la gente, no mira hacia atrás; la referencia de la mayoría está en el frontal, mirar hacia delante y el que venga detrás que “jarree”.  

Pero hay una cosa que yo no puedo escuchar y son las expresiones de algunas personas  cuando dicen despectivamente aquello de “Yo  de  política  no entiendo”, y me gustaría exponer lo que decía Bertolt Brescht, escritor y filósofo bien conocido que decía: “El analfabeto político es tan burro que se enorgullece e hincha el pecho diciendo que odia la política.  No sabe el muy imbécil, que de su ignorancia política, nace la prostituta, el menor abandonado, el asaltante y el peor de los bandidos que es el político corrupto y el lacayo de las empresas nacionales  y multinacionales”.

Por eso yo, propondría a todos mis conciudadanos, que una vez por todas y ya que podemos considerarnos adultos en democracia, rompiéramos con la insana y descortés costumbre, de acudir solamente a los mítines que nos son afectos y asistiéramos a todos los que se celebren en nuestra ciudad, para que así podamos dar la posibilidad a todos los políticos que se presentan, para que nos expliquen sus programas políticos, sus intenciones de gobierno, sus inquietudes, sus deseos, etc., etc.; aunque lógicamente existimos muchos con las ideas muy claras y no necesitamos reflexionar, pero ese es otro cantar.

De esta forma, tendríamos la posibilidad de reflexionar con tiempo más que suficiente y calibrar con todo lujo de detalles a quien sería más interesante votar, sí a unos o a otros, en función de sus promesas y de sus programas electorales; y aunque parezca que los resultados que salgan de esta contienda electoral, no nos van a afectar de cerca y personalmente, nada más lejos de la realidad, ya que la política que se hace en Madrid, está tan cerca de nosotros o más incluso, que la que se hace en nuestro Ayuntamiento o en la Asamblea de Extremadura.

Y no debemos pensar únicamente en la política que nos va a afectar como individuos, como personas físicas, sino que deberemos tener en cuenta igualmente, los efectos  que como ciudadanos de una comunidad como la nuestra vamos a percibir.

Deberíamos calibrar minuciosamente, que sería más interesante para nuestra Comunidad Autónoma, si un gobierno del Partido Popular en Madrid, como tuvimos hace tiempo, con los inconvenientes que eso conlleva, o con un Partido Socialista en la Moncloa, respaldando al gobierno autónomo socialista de la región y con un Ayuntamiento  del  PSOE en Mérida, con todo lo que ello significa.

¿Qué fórmula es la mejor o la menos mala?.  Desde luego, yo no creo que todas las poblaciones de nuestro entorno, se encuentren con este dilema, al menos si observamos a las dos capitales de provincia; en las que las diferencias políticas de sus gobernantes, no están casi nunca en divergencia con el sentir y la forma de actuar de nuestro  Presidente autónomo, para con aquellas ciudades.

Y el caso curioso, es que las formas, el protocolo y las apariencias no pueden ser mejores, (aunque piropos no escuchamos naturalmente); pero los resultados nos vienen  demostrando  todo lo contrario, y como casi en todo, por competencias dependemos de las altas instancias de la Junta de Extremadura, por eso quiere decirse que cuando se habla de ayudar o mejorar a la Capital de la región; en la calle siempre percibimos  el  susurro  de “a  Mérida ni agua” y no precisamente por lo de la subida de precios, que esa es otra cuestión o “con la iglesia hemos topado”, que viene a ser más de lo mismo.

Pero es que, el comentario que yo expreso más arriba, es la coletilla que hace todo el mundo en la calle, y que podríamos demostrarlo en infinidad de cosas, que no necesito exponer  aquí y ahora, porque es evidente que se nos está negando hasta el pan y la sal, de la forma más descarada, cosas que a otras poblaciones en igualdad de circunstancias  se las están otorgando y hasta sin pedirlas.

Me gustaría preguntar a los “barones” políticos (a todos), ¿Porqué no permiten crecer a la Capital autonómica?.  ¿Qué razones tienen para mantenernos a raya?. ¿Porqué, no se nos devuelven las Instituciones que por ley nos corresponden, como Capital de la Autonomía que somos?. Ya veremos que cuento nos tienen preparado,  para contarnos en las elecciones que se nos avecinan.

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