Aceleración o impremeditación
Escrito por José Luís Arellano Herrera Sábado 15 de Octubre de 2016 00:00
Opinión - José Luís Arellano Herrera
www.nosolomerida.es | Opinión | José Luís Arellano Herrera | Hay mucha gente en este país que no acaba de entender cómo es posible que después de haber firmado la paz en La Habana entre el Gobierno colombiano y las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo), que es un grupo guerrillero que se autoproclama marxista-leninista, ahora cuando se ha celebrado el referéndum el pasado domingo día 02-10-2016 se imponga el “NO” en el plebiscito con un 50,21% de los votos, contra el 49,78% del "SÍ", en una jornada en la que la abstención ha sido del 62,57%.
Pero si te pones a pensar con un poco de sentido común, los colombianos están tratando el tema de su reconciliación nacional con mucha más lógica y entendimiento que lo hicimos nosotros aquí en el proceso de nuestra transición política en 1977, a pesar de lo bien que
en general nos haya ido con ella.
Pero de haber actuado como los colombianos sin precipitación, nos habríamos evitado el tener que legislar la Ley 52/2007 de “La Memoria Histórica” por la que se reconocen y amplían derechos de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura franquista y nos abríamos evitado la revuelta política a la que nos estamos enfrentando hoy en día, con unos partidos políticos emergentes de la extrema izquierda que no sabemos hasta donde van a llegar…, con un “sorpasso” ingenioso y sagaz a Izquierda Unida, los “atracos internos” con premeditación y alevosía antidemocrática para derribar al Secretario General en el PSOE, el intento secesionista y la desobediencia catalana por excelencia y la masiva corrupción generalizada en el Partido Popular que no es poco.
Al menos si hubiésemos actuado con más sosiego y mejores acuerdos, las cosas se habrían hecho bien a su debido tiempo, y no como ahora que ya veremos si esto no acaba como el “Rosario de la Aurora”, en la que camorristas y cofrades se enzarzaron en una ruidosa pelea, en la que por lo visto los farolazos propinados por los cofrades jugaron un papel fundamental