Investigadores advierten de que una clase de Infantil de 20 niños tendrá contacto con más de 800 personas después de sólo dos días

España

www.nosolomerida.es | Científicos de la Universidad de Granada advierten de los graves problemas de planificación que se están cometiendo en la organización de la vuelta a las clases en septiembre

Los expertos pronostican el cierre de muchas aulas en otoño y piden a las autoridades educativas que preparen con más rigor tanto los sistemas presenciales como el escenario online

Un equipo de investigadores del departamento de Organización de Empresas II de la Universidad de Granada (UGR) ha comparado las previsiones de los distintos Ministerios y Consejerías autonómicas para la vuelta a las clases en septiembre con los requerimientos técnicos de los modelos de escenarios, y advierten sobre los graves problemas de planificación que se están cometiendo, “ya que hasta el momento se trata mayoritariamente de declaraciones bienintencionadas, pero carentes del necesario detalle para convertirse en una planificación útil”.

Según estos expertos, el problema principal es que las previsiones públicas se han centrado en anunciar el ideal de la vuelta a la presencialidad, pero no consideran recursos suficientes para garantizar su mantenimiento, ni cuentan con planes detallados para su desarrollo ni para situaciones alternativas de no presencialidad que pueden ser necesarias en cualquier caso.

Los profesores de la Universidad de Granada han analizado, como ilustración, el número de relaciones sin mascarillas y sin distanciamiento previsto para los colectivos de educación Infantil y de los cuatro primeros cursos de Primaria. La ministra de Educación, Isabel Celaá, indicó que estas clases deberían tratarse como «grupos a modo de familia o convivientes» y que «en esa burbuja o set o módulo pueden moverse con tranquilidad, sin necesidad de guardar la distancias de 1,5 metros”.

“Sin embargo, es importante recordar que las denominadas “burbujas” sólo garantizarían la tranquilidad si estuvieran cerradas, pero cada uno de los niños y niñas de esos niveles educativos y su docente también conviven con los miembros de sus propias familias”, advierte Alberto Aragón, catedrático de Organización de Empresas, director del Máster en Economía y Organización de Empresas de la UGR y coordinador de este análisis.

Asumiendo familias formadas con una media de dos adultos y 1,5 menores (dos hijos en la mitad de las familias y un hijo en la otra mitad, reflejando la media española), nos encontraríamos con que cada uno de los 20 escolares en esas clases tendría una exposición a un grupo de 74 personas en su primer día de clase.

“Si además los menores de esas familias también estuvieran en una clase distinta de Infantil o Primaria, se agregarían esas relaciones al conjunto alcanzando 808 personas implicadas ya el segundo día de clase, considerando exclusivamente las relaciones sin distanciamiento ni mascarilla de la clase propia y las de las clases de hermanos y hermanas – explica Aragón-.  Si el número de escolares en la clase sube a 25, como muchas autonomías han anunciado ya para que coincida con el ratio habitual, el número de personas implicadas subiría hasta 91 personas sólo con los de la misma clase y 1.228 personas contando las clases de hermanos”.

Los expertos de la UGR consideran que cualquier planificación en una situación de incertidumbre como la actual debe considerar múltiples posibles escenarios y en cada uno de ellos deben definirse los recursos de los que se va a disponer, las acciones concretas a desarrollar y las situaciones y momentos que llevarían a su puesta en marcha. Aragón añade  que “un plan bueno, bonito y barato no suele resultar posible, pero si además es ambiguo o poco realista, carece completamente de utilidad”.

Los expertos de la Universidad de Granada contrastan el interés en destacarla vuelta a las aulas en septiembre con las escasas inversiones para tratar de mantener esa situación. Así, llaman la atención sobre la renuncia de las administraciones a la reducción del número de estudiantes en clase, la falta de concreción sobre la contratación de nuevos docentes, o las muy limitadas inversiones previstas para la ampliación de espacios docentes y el desarrollo de actividades alternativas y complementarias.

“Es importante reconocer que la organización de la vuelta al cole tiene características que la hacen especialmente complicada, pero eso precisamente debe llevar a planes más rigurosos”, advierte el catedrático de la UGR. En el caso de colegios e institutos, Aragón considera especialmente poco eficaz el poner el foco sobre los planes de cada colegio e instituto sin que éstos hayan recibido ni los recursos ni el marco de referencia detallado para su adaptación.

El equipo de investigadores de la Universidad de Granada insiste en la importancia de aplicar rigor técnico a los procesos de planificación y, siguiendo una de sus líneas de trabajo habituales, subraya el potencial que la digitalización puede aportar, “un potencial que debemos aprovechar”.

La dificultad de mantener la presencialidad todo el año

Los investigadores advierten de que “un sistema abierto de burbujas de convivientes como el que proponen el Gobierno y las comunidades autónomas sólo puede tener una eficacia limitada para controlar el riesgo de contagios, pero es especialmente poco eficaz cuando el número de escolares en su núcleo es tan alto”.

Un contagio en una persona de ese colectivo conlleva un riesgo automático para todo el grupo, por lo que cabe esperar que cualquier situación de alerta implique el cierre del grupo o incluso de todo el colegio si han compartido espacios o docentes comunes.Los investigadores de la Universidad de Granada han estudiado el muy distinto éxito de los planes de vuelta al cole ya en marcha en distintos países (Dinamarca e Israel fundamentalmente) para comprobar la importancia clave de estos factores y la limitada coincidencia de la previsión española con los planes más exitosos.

Los expertos de la Universidad de Granada señalan que el insistir en la vuelta al cole presencial sin inversiones complementarias parece más encaminado a tranquilizar a las familias durante el verano que a establecer un plan sólido para todo el curso.

El profesor Eulogio Cordón, director del departamento de Organización de Empresas II de la UGR, pronostica que “sin vacuna, la mayoría de las clases probablemente acaben volviendo a un escenario remoto a lo largo del próximo otoño cuando confluyan los efectos de la COVID19 y la gripe estacional. Por ello, es muy importante que todos los agentes estén preparados para esa posibilidad”.

Las comunidades autónomas han descartado mayoritariamente plantearse siquiera unos escenarios mixtos, incluyendo presencialidad y remoto, y tampoco parecen estar haciendo avances sustanciales en mejoras sobre una enseñanza a distancia. Sin embargo, con la limitada inversión disponible, quizás esas opciones pudieran facilitar más estabilidad en el curso.

Los expertos de la UGR subrayan que debería haberse preguntado ya a las familias su disponibilidad para cada sistema con el objetivo de intentar acoger mejor a los estudiantes cuyas familias necesitaran de presencialidad y proporcionar una opción mixta o remota a aquellas familias que lo desearan, en el caso de que los centros educativos observaran garantías para su desarrollo adecuado. La falta de planificación conjunta con familias y docentes es también una limitación de los protocolos existentes hasta el momento. Esa falta de diálogo pudo ser comprensible para la respuesta inmediata del curso en vigor, pero resulta sorprendente cuando se planifica para el curso siguiente y se necesita alterar sustancialmente las condiciones laborales, pedagógicas y sociales del proceso educativo.


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