¿Por qué somos así los emeritenses?

Opinión - José Luís Arellano Herrera

www.nosolomerida.es | Opinión | José Luís Arellano Herrera | Me  he  preguntado  infinidad  de veces,  del porqué  de nuestro carácter. ¿Por qué somos  así  los emeritenses?, y  ¿Por qué en Mérida  tenemos  el  carácter  que  tenemos a pesar de la cercanía?, y a  qué se debe  nuestra  apatía,  nuestro desánimo,  nuestro  desgano  para mejorar cosas que nos afectan  tan  de cerca y no procuramos mejorarlas con el tiempo, con lo fácil que sería si nos lo propusiéramos; pero no hay forma, nuestro carácter es como es y no podremos cambiarlo nunca.  Mi analítica, se refiere única y exclusivamente a los nativos, autóctonos de Mérida y no a todos los habitantes  de la  ciudad  como podréis  entender.

Este es un asunto que lo he comentado con psicólogos y hasta con sociólogos amigos míos y al final siempre hemos llegado a la misma conclusión; esto es genético y aunque parezca una tontería, los genes se heredan de generación en generación hasta el final de los tiempos, nuestro árbol genético, nuestro genoma humano sigue invariablemente su camino, por mucho que deseemos cambiarlo y solamente nuestro “hábitat”, podría cambiar algo las cosas, pero como nuestro “hábitat”, sigue siendo el mismo del de nuestros primeros progenitores, no cambiaremos nunca y después de recapacitar durante  mucho tiempo, he llegado a conclusiones, que probablemente nos acercarían a la realidad de nuestro carácter.

Yo naturalmente, me considero latino al mil por uno, pero no me faltan algunas reminiscencias árabes por una cuestión de tradición familiar (ascendientes cordobeses) y probablemente eso sea lo que me diferencia de los puramente autóctonos, para distinguir con bastante claridad el carácter de los nacidos aquí.  

Y veréis, yo he recorrido Italia  de Norte  a  Sur  y  de Este  a  Oeste,  en  calidad  de  turista y más de una vez;  y os puedo  casi asegurar,  que  somos herederos directos  de  los  romanos latinos del LACIO, (capitalinos de Roma) porque  tenemos  la  misma hidalguía,  miramos  por  encima  del  hombro a  los demás,  dándonos  cuenta  de ello  y  somos iguales de  prepotentes,  somos  sin  duda  capitalinos de toda la vida, y no  de ahora solamente porque  nos  hayan otorgado  la  capitalidad autonómica y democrática de nuestros días, como algunos piensan; también fuimos capital de toda la Hispania en tiempos de los visigodos, por  esa  razón, creemos que nos lo tienen que dar todo hecho, que nos lo merecemos por nuestra cara, por nosotros mismos.

En  los  primeros  años (25 a. de C.) de  la fundación  de  la  ciudad  por  los legionarios ganadores de las luchas contra los cántabros y astures,  nos podíamos  permitir  ciertos  lujos,  gracias  a  nuestra  boyante economía imperialista,  a  pesar  de  que  no  éramos muy bien vistos por el Emperador Octavio Augusto, porque el premio recibido para fundar una ciudad en Hispania, no  era  más  que una  justificación,  para  tener  alejados  a  los  veteranos  de  Roma y  cuanto  más  lejos  mejor, pues el Imperio en aquellos tiempos  no andaba muy boyante en lo económico (pero eso es otra historia) y aquella alegría económica, no nos iba a durar toda la vida.

Pero  la  abundancia,  la  buena  vida,  y  los  genes porque no decirlo, eran los que eran y nuestro carácter, hoy sigue siendo fiel al carácter de la mayoría de los soldados que fundaron  nuestra  ciudad  y  no  nos  parecemos al resto de los italianos en nada.  

Las Legiones V y X venían plagadas  de  soldados  de  todas las provincias italianas, pero abundaban  mayoritariamente  (más de un 80%) los  de  Roma, que eran  los latinos del Lacio,  y  fueron ellos  los  que nos dejaron  su impronta, su carácter y su  prepotencia  imperialista,  de  eso no  nos  queda  la menor duda.

He estado  examinando, con bastante detalle al resto de los italianos y efectivamente,  no  nos  parecemos  en  casi  nada  a  ellos,  a  pesar del  encaste que tuvimos.  Y si no, fijaros: Los habitantes de la región  del VENETO  (Venecia, Verona, Treviso, Vicenza, etc.), a nosotros  no  se  parecen en nada, es otro mundo totalmente diferente; su vida, sus costumbres, sus gustos, sus necesidades…, son dulces, alegres y apaciguados, tolerantes, sufridos marineros, son totalmente distintos, es decir, nada de nada...

En la LOMBARDIA (Milán, Brescia, Cremona, Mantua, Pavía), son  serios, responsables,  comerciantes, los dueños del diseño mundial, artistas,  justos,  elegantes  en  sus  maneras, emprendedores en  sus  tareas  cotidianas y orgullosos  descendientes de  la familia de los Stforza.  Yo diría,  que son unos narcisistas de tomo y lomo; unos adonis,  aunque  muy  trabajadores.

Los  Etruscos  de  UMBRÍA,  (Perugianos  y Ternianos)  son  particularmente suyos,  agricultores  y  ganaderos,  muy  hormiguitas  en el  trabajo,  son  recios,  toscos  y  resignados; no  en  balde  sufrieron  estoicamente  el  rapto  de  sus  mujeres  (Las  Sabinas) a manos de los latinos del LACIO, después de una  larga noche de borrachera, en la que fueron exterminados.

Los  TOSCANOS  (de Florencia, Livorno,  Pisa,  Pistoia,  Siena, etc.), nada tienen que ver con  nosotros,  son  presumidos,  muy  exigentes  en  su  trabajo,  laboriosos  con sus pieles y  sus  piedras  preciosas,  son cultos y adelantados a los demás;  muy comerciantes, no olvidan que fueron la Cuna del Renacimiento (sus verdaderos artífices), hijos  protegidos  de la familia de los Médici  y padres, por qué no decirlo de la cultura italiana, los verdaderos artífices del Renacimiento; con nombres tan  conocidos como los  Donatello, Dante, Miguel Ángel, Vivaldi y tantos otros; arrogantes y muy pegados al  “sibaritísmo”, les gusta vivir bien, son amantes de la buena y bien servida  mesa y la elegancia en el vestir,  por  la  elegancia.

Los  Napolitanos  de  la  CAMPANIA,  son otra cosa bien distinta, los  isleños de Capri,  los  Sicilianos de  la  Catania  y los sureños de la Calabria, tampoco  tienen nada que ver con nosotros,  son  alegres,  bulliciosos,  amables,  despreocupados,  como  casi  en  todas  las  zonas  del  Sur  de cualquier península  mediterránea, casi como nuestros  andaluces.

Decididamente, ¡somos  como  somos!, gentes  de  carácter  fácil,  de  entrega rápida y amistad  corta, desconfiados en el fondo por lo mucho que nos ha tocado vivir con diferentes  culturas,  abiertos  y simpáticos con los demás, dándonos cuenta;  porque somos latinos y mediterráneos, prepotentes y sabios..., como Séneca; y somos como somos; porque somos los auténticos nietos, biznietos y tataranietos..., de los Emperadores  Romanos  del  Lacio  y en  particular de Octavio  Avgvsto,  nuestro fundador.   No  lo  pongáis  en  duda,  os  lo  aseguro.

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