El fútbol asfixia la creatividad

Opinión - Cartas

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Puedo llegar a entender que el fútbol europeo se convierta en un producto de interés popular, pero no puedo entender hasta qué punto ese interés debe alcanzar el grado de general y, por tanto, justificar el gasto de más de 4 millones de euros en total por su retransmisión, cuando existen fórmulas de pago para aquellos aficionados que quieran invertir su dinero, y no el del resto, en ver un partido a la semana. Hagamos cuentas. Con la suerte de que un equipo español llegue a la final cada año, el pasado ya no sucedió, se retransmitirán un máximo de 13 partidos por temporada, no 16 como dice el artículo, es decir, un total de 38 dentro del contrato, eliminando ya la final que no hubo el año pasado. Hay que restar además aquellos partidos que, una vez superados los octavos de final, se retransmitan por los canales generalistas y eliminen el derecho a la excluisividad, es decir, 5 menos por temporada. Hablamos pues de 24 partidos de los que cada uno supone casi 200.000 euros al ente autonómico. El argumento es sencillo, tiene el mayor share del canal autonómico, con unos márgenes, bastante imprecisos de, entre el 20 y el 43%.   Mientras en cualquier cadena generalista el 20% de share es el límite que justifica la permanencia o no de un programa en su parrilla, aquí se convierte en un producto estrella que autoriza a sus gestores el gasto de 4 millones de euros, mientras el resto de programas del canal van cayendo en calidad, y por tanto audiencia, por su falta de apoyo e inversión.   Todos hemos sufrido la paulatina desaparición de programas en la cadena, "el día es nuestro", o el recorte hasta casi el asfixiamiento de otros muchos, "la tarde de Extremadura". Vemos también como el canal navega a la deriva sin una línea clara y con un sólo informativo diario de producción propia, a las 20,30 de la tarde cuando la información es ya más que conocida y debatida. Observamos como la programación infantil brilla por su ausencia, y cómo el único atisbo de brillantez real lo dan, programas con entidad propia, como Escúchame, que pese a los muchos premios recibidos sigue sin recibir el espaldarazo merecido, o la Besana, que se ha convertido en el referente de toda una comunidad, eminentemente agrícola y ganadera. Contemplamos como muchos programas se repiten tan sólo por rellenar parrilla y como la industria audiovisual extremeña desfallece sin la merecida oportunidad, mientras en la pantalla siguen dando una de vaqueros. Las cuentas son claras. ¿Queremos una televisión autonómica de calidad y entidad o, por el contrario, seguimos amamantando la teoría del pan y circo??

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